dissabte, 1 de novembre del 2008

MARÍA TERESA DE AUSTRIA


A nuestra izquierda podemos ver un retrato de una joven María Teresa, nacida en Viena en el año 1717 y fallecida en la misma ciudad en 1780. Fue Archiduquesa de Austria (desde 1740), Reina de Hungría (desde 1741) y de Bohemia (desde 1743). Fue la hija primogénita del emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico Carlos VI y con el tiempo también ella ostentaría este título.
De acuerdo con la Pragmática Sanción de 1713, fue nombrada heredera (1724) de los territorios bajo el dominio de los Habsburgo. La Pragmática Sanción declaraba indivisibles los territorios de la Casa de Austria, pero a la muerte de su padre, el emperador Carlos VI, las distintas potencias europeas intentarán destruir esa unión de territorios en beneficio propio. De esta forma estalló la llamada "Guerra de Sucesión de Austria" (1741-1748). Dicha guerra estuvo a punto de echar a pique la monarquía, ya que el padre de María Teresa no le proporcionó los medios necesarios para defender su extraordinario legado. El primer triunfo que se le puede adjudicar a la joven María Teresa es el haberse enfrentado a la adversidad, salvando una monarquía austríaca que muy bien pudiera haber quedado dividida.

A nuestra derecha, una María Teresa con los distintivos imperiales.

En relación a la Pragmática Sanción, el emperador Carlos VI intentó que la misma fuera garantizada por las diversas potencias europeas, así fueron garantes de la misma: España (1725), Rusia (1726), Prusia (1728), y luego se fueron sumando Gran Bretaña, Francia y Piamonte-Cerdeña. Pero, en resumen, ¿de qué sirven los acuerdos internacionales si no se tienen los medios para hacer que sean respetados?. Y esto es lo que le ocurrió a María Teresa
tras la muerte de su padre. De esta manera varios de los príncipes y soberanos alemanes vieron una oportunidad para alzar su voz contra los Habsburgo y unidos con las otras potencias ver una magnifica oportunidad para arrebatar la corona imperial a la Casa de Austria y además reducir a Austria y a sus territorios en una potencia de segundo orden.
Gran Bretaña ayudaría a salvar la monarquía de Austria al trazar una alianza antifrancesa y convertir la guerra de sucesión en una guerra a nivel europeo. Así las cosas, se aliaron a Austria Gran Bretaña, Hannover, Cerdeña y Holanda; Francia y España formaban un frente contra María Teresa; el Electorado de Sajonia en un principio rival de Austria, se inclinó finalmente a favor de ésta; Prusia respetó la posición de María Teresa tras que esta la hubiese garantizado la posesión de la rica región de Silesia, antes en manos de los Habsburgo.
Tras cinco años de guerra, María Teresa logró retener el grueso de sus estados, aunque la perdida de Silesia (excepto la comarca de Teschen) fue un duro golpe a las arcas de los Habsburgo, al tratarse de una de las regiones más ricas de la monarquía.




Arriba podemos ver el escudo de armas de María Teresa, cuyo lema era "JUSTITIA ET CLEMENTIA" (por la justicia y la clemencia), que define muy bien el estilo de vida de la soberana. A la derecha podemos observar una moneda de María Teresa con la siguiente inscripción: M(aria) THERESIA D(ie) G(ratia) R(omanorum) IMP(eratrix) HU(ngariae) BO(hemiae) REG(ina), es decir: María Teresa, por la gracia de Dios, emperatriz de los romanos, reina de Hungria y de Bohemia.

Con el tratado de Aquisgrán se puso fin a la guerra, y como ya hemos apuntado antes se tuvieron que ceder algunos territorios: la casi totalidad de Silesia a Prusia, algunas zonas del Milanesado a Saboya y cedió Parma, Plasencia y guastalla al infante español Felipe.
Tras la guerra María Teresa tuvo una clara visión de la mayor o menor lealtad de sus territorios. Hungría fue el más firme apoyo que encontró la soberana, los cuales mantuvieron una actitud responsable durante toda la guerra. Los territorios checos, al contrario, tuvieron una actitud tan pasiva hacia su soberana que rozaba la complicidad con las otras potencias, y que, finalmente se sometieron a la ley del más fuerte.
Pero ningún favor es gratis, así que la nobleza húngara le pidió a María Teresa que reconociera sus privilegios y siguiera garantizando sus propia autonomía dentro de la monarquía austríaca (1741, coronación de María Teresa como reina de Hungria)
En relación a Bohemia, se puede decir que traicionó a los Habsburgo ya fuera por amor nacional o más probablemente por un interés fiscal, tratando de buscar (con la derrota de los Habsburgo), a un nuevo soberano nacional con intereses más modestos que los de la dinastía reinante y que convirtiera a Praga en el centro de gravedad del país y que pudiera mantener a la nación lejos de los grandes conflictos de las superpotencias europeas. Los bohemios veían una imagen de su propio país como una nación relegada a un eterno segundo plano en beneficio de los intereses de Viena. Pero finalmente tuvieron que aceptar que María Teresa fuera la reina de Bohemia (1742).

Tras una explicación de los que supuso la Pragmática Sanción y las consecuencias de la misma, seguiremos con los acontecimientos más importantes en la vida de María Teresa.

María Teresa se casó con Francisco Esteban, duque de Lorena, en 1736. En plena guerra de Sucesión de Austria, Carlos Alberto, elector de Baviera, fue coronado emperador del Sacro Imperio en Frankfurt en el año 1742, adoptando el nombre de Carlos VII. Tras la muerte del mismo, María Teresa logró la corona del Imperio para su esposo, el cual fue coronado emperador con el nombre de Francisco I en 1745. En contra de las ideas procedentes de las orillas del Sena, María Teresa fue emperatriz en calidad de esposa de Francisco Esteban de Lorena que ocupó el cargo de 1745 hasta 1765 en que murió. María Teresa era archiduquesa de Austria por nacimiento, y luego sería reina de Hungría y, a pesar de las protestas del elector de Baviera, reina de Bohemia. Nunca fue "emperatriz de Austria" porque, sencillamente, no existia un "imperio de Austria" propiamente dicho.

Abajo retrato de María Teresa y su familia.


Los deseos de la soberana por recuperar Silesia la llevaron a la Guerra de los Siete Años (1756-1763), en la que lucho, esta vez, junto a Francia. Con la paz de Hubertsburg (febrero de 1763) se puso fin a la guerra y tuvo que reconocer el dominio prusiano de Silesia. De todas formas, tras la guerra logro garantizar la sucesión en el trono imperial del Sacro Imperio en su hijo (el futuro José II).
Posteriormente sus estados se vieron aumentados con Galitzia tras el primer reparto de Polonia (1772) y con Bucovina (1775) gracias a su intervención, junto a Rusia, en la guerra contra el imperio Otomano, y también logró el territorio de Innviertel tras la guerra de Sucesión de Baviera (178-1779), tras renunciar a luchar por la sucesión de dicho estado.

María Teresa fue la viva imagen del llamado Despotismo Ilustrado, a ella se debe la modernización del ejercito y el sometimiento de los poderes locales al Gobierno Central. También impulsó las ciencias y las artes y limitó la influencia de la Iglesia Católica, aunque ella siempre fue una devota ferviente en la fe católica y por ello se mostró intolerante con judíos y protestantes, y en 1741 expulsó a los primeros de Praga.
Unificó las Cancillerías de Austria y de Bohemia y creó un Tribunal Supremo. Prohibió la quema de brujas y la tortura y eliminó la pena capital por los trabajos forzados. En 1774 introdujo la enseñanza obligatoria con el objetivo de crear una clase educada que pudiera prestar sus servicios a la maquinaria del Estado. También se debe a ella la creación de una "policía moral" que debía velar por la decencia en todos los territorios de los Habsburgo, lo que conllevó al arresto de muchas de las prostitutas de Viena que fueron enviadas a los territorios orientales. En su afán centralizador creó el "Consejo de Estado" de 1760 y promulgó el Código Penal de 1768-

Aunque María Teresa fue técnicamente una emperatriz consorte del Sacro Imperio, ella fue la que ejerció el poder de forma efectiva, ya que su esposo Francisco Esteban se desatendió de dichas tareas para dedicarse a las finanzas, de una manera muy efectiva, creando un enorme patrimonio para la dinastía. A la muerte de su marido, María Teresa debió compartir el poder con su hijo José II, ya que él heredó el titulo de emperador, aunque ella conservó los títulos de los territorios que fueron herencia de su padre, hasta su muerte.

Podemos concluir diciendo que María Teresa fue la última monarca auténticamente Habsburgo, ya que sus descendientes ya pertenecerían a la Casa Habsburgo-Lorena, y sin duda alguna fue una de las personalidades más fascinantes de todo su linaje.



4 comentaris:

Dot ha dit...

Querida Pilar, parece que a esta también le gustaba echar la culpa de todo a los judios. No sé, no sé, llamarle "intolerancia" a un quasi-pogrom es un poco condescendiente. De todas maneras, siempre es de agradecer tu pasión en el proselitismo del conocimiento histórico. Aunque siempre vista de armiño ;)

Tomás ha dit...

Gran Duc,

Gracias por pasarte con regularidad por mi blog y hacer un "tastet". Tus visitas son bien recibidas y tus comentarios incisivos.

Respecto a María Teresa de Austria quizás el Gran Duc podría recomendarnos algún libro con el propósito de ahondar más en la figura de la última monarca auténticamente Habsburgo.

Anònim ha dit...

Eliot diu: Querido Tomás, me permito indicarte un libro que puede ser encuentres interesante es del autor Tschuppik Karl, titulo: Maria Teresa de Austria ( 256 pag.)

nitsambus ha dit...

Alguien sabria decirme de que murio?